Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación

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“La educación no puede esperar”: se crea un fondo mundial para la educación en emergencia

El fondo, anunciado en la última Cumbre Humanitaria Mundial, debe beneficiar a más de 13,6 millones de niñas/os y jóvenes que viven en situación de crisis humanitaria en el mundo

30 de mayo de 2016

Fuente: CME

ecwActualmente, 462 millones, o uno/a de cada cuatro niñas/os en edad escolar en el mundo vive en países afectados por alguna situación de crisis humanitaria. 75 millones de niñas y niños hoy corren el riesgo de perder, o ya no tienen acceso a una educación gratuita y de calidad.

La educación empodera y promueve resiliencia, proporciona un espacio seguro y de estabilidad fundamental para que los/as niños, niñas y personas jóvenes y adultas puedan hacerle frente a situaciones de emergencia, rompiendo el ciclo de conflictos.

Apoyar a niñas, niños y personas jóvenes en algunos de los más difíciles contextos de crisis humanitaria en el mundo se ha presentado como un serio desafío para los próximos años: en 2015, apenas el 12% de niñas y niños que se identificó que viven en situaciones de conflicto accedió a los fondos de la cooperación internacional dedicados a la educación. En este escenario, hay que duplicar esfuerzos para que el mundo pueda colmar la ambición compartida en la Agenda de Desarrollo 2030, de “no dejar a nadie atrás”.

Por estas razones, la Campaña Mundial por la Educación (CME) da la bienvenida a la puesta en marcha del fondo para la educación en situaciones de emergencia “La educación no puede esperar”, cuyo lanzamiento fue anunciado durante la Cumbre Humanitaria Mundial en Estambul, Turquía, que tuvo lugar el 23 y el 24 de mayo de 2016. Se espera que este fondo beneficie a más de 13,6 millones de niñas, niños y personas jóvenes que hoy viven en situaciones de crisis humanitaria, como conflictos, desastres naturales y enfermedades, garantizándoles una educación de calidad en los próximos cinco años. Asimismo, se aspira a que este fondo pueda atender a 75 millones de personas hasta el 2030. La Campaña Mundial cree que este fondo constituye una oportunidad histórica para financiar el futuro y la garantía de acceso a una educación de calidad para algunas de las poblaciones de jóvenes y niñas/os más vulnerables del mundo. 

La Unión Europea, los Países Bajos, Noruega y el Reino Unido, así como los Estados Unidos, han dado contribuciones financieras para sostener al fondo durante el primer año, mientras que Dinamarca ha señalado su voluntad de contribuir con recursos en 2017. La meta del fondo en el primer año de funcionamiento es de 150 millones de dólares, y pretende alcanzar la meta total de 3.5 mil millones de dólares durante un período de cinco años.

La CME celebra estos compromisos y exhortará a los gobiernos a que se responsabilicen por estos acuerdos. Para la Campaña es crucial garantizar que los países se comprometan con inversiones en este fondo y no duden en reafirmar otros compromisos financieros con la cooperación internacional, como los asumidos durante una Conferencia en Siria, en febrero de 2016. La Campaña también reafirma que es fundamental que los países donantes mantengan sus contribuciones con otras organizaciones de cooperación internacional como la Alianza Mundial por la Educación (Global Partnership for Education - GPE, por su acrónimo en inglés).

La Campaña Mundial además exhorta a todos los Estados miembros de la ONU a que efectúen sus donaciones a este nuevo fondo, en respeto al objetivo de “garantizar una educación equitativa, inclusiva, gratuita y de calidad”, compromiso firmado con la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 y del Marco de Acción para la Educación 2030

“Todos/as los niños y las niñas, personas jóvenes y adultas tienen los mismos derechos, y estos no deben ser comprometidos en los contextos de crisis. En particular, hacemos un llamado a los gobiernos a que garanticen que los fondos públicos se destinen a la educación y se inviertan en la calidad y en fortalecimiento de los sistemas educativos públicos, en vez de apoyar a las empresas privadas con fines de lucro que buscan sacar provecho financiero de las crisis humanitarias. Esta práctica, conocida como 'capitalismo del desastre', ya se ha aplicado en varios casos y contextos, y ha demostrado ser profundamente perjudicial para la realización de los derechos humanos. En lo que toca al derecho humano a la educación, situaciones como esta representan un fuerte riesgo para la calidad, la equidad y la inclusión”, afirma la CME.

La Campaña también celebra el compromiso de este nuevo fondo con la inclusión y la transparencia en la gobernabilidad. Asimismo, exhorta a que se incluya y se integre a la sociedad civil en sus mecanismos de rendición de cuentas, tanto en lo que toca a sus instrumentos de gobernabilidad, como a sus formas de trabajo en el terreno. “La voz de las y los ciudadanas/os es vital para asegurar que el trabajo con recursos de este fondo esté bien informado y rinda cuentas en diálogo con las personas a que se pone al servicio”.

La Campaña Mundial presentó su propio compromiso respecto a este fondo durante la Cumbre Humanitaria Mundial, el cual abarca la formación de la sociedad civil en los países afectados por desastres y conflictos, con miras a asegurar que las y los ciudadanas/os se involucren en la planificación del sector educativo en tales contextos, así como el seguimiento de los compromisos con la financiación y la realización de la educación en dichas situaciones. A nivel local, nacional, regional e internacional, la CME también se ha comprometido a incidir para obtener más recursos para la educación en situaciones de emergencia y crisis, dándole seguimiento a estos compromisos y a su implementación.  

Descargue aquí este comunicado en inglés. 

Para más informaciones, acceda aquí al documento de UNICEF sobre “La educación no puede esperar”.