Encuentro latinoamericano discute el derecho a la educación de adolescentes y jóvenes en contextos de privación de libertad
La Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) participó en el V Encuentro Latinoamericano de Educadores/as y Tesistas sobre Educación en Cárceles “Adolescentes y jóvenes y la educación en contextos de privación de libertad”, que tuvo lugar los días 6 y 7 de octubre en La Plata, Argentina, organizado por el Grupo de Estudios Sobre Educación en Cárceles (GESEC). El encuentro fue acompañado por un importante número de participantes, provenientes de Argentina, Bolivia, Chile, México y Uruguay.
10 de octubre de 2017
Foto: Irene Soria Guzmán
El referente académico y cofundador del GESEC, Prof. Francisco Scarfó, subrayó en la apertura la importancia de este tipo de encuentros, más aún en un contexto de regresión en el campo de los derechos humanos, destacando el trabajo que viene llevando adelante el GESEC desde hace 15 años. Un trabajo que se encuentra centrado en la promoción del derecho a la educación en cárceles desde el sentido y la perspectiva de derechos humanos, teniendo como líneas prioritarias de acción: la promoción de los derechos humanos; la capacitación (habiendo llevado adelante hasta el momento 37 ediciones del seminario de educación en cárceles, lo que supone que unas 1.500 personas han transitado por este espacio); el trabajo en los centros de educación en cárceles desde una perspectiva de la interdisciplinaridad, y la atención a la diversidad de los colectivos que se encuentran en la cárcel.
Los diferentes paneles en los que estuvo estructurado el evento se proponían abordar tres grandes cuestiones: qué jóvenes llegan a la cárcel; qué educación hay para los/as jóvenes privados/as de libertad; y finalmente un intercambio sobre las posibilidades y experiencias en materia de intervención socioeducativa.
En el desarrollo de estos espacios se aludió a las tramas multidimensionales y complejas que involucra esta temática, las dimensiones estructurales e individuales de la desigualdad, las trayectorias de desprotección, condiciones ambientales y urbanas desfavorables, las diferentes áreas de relegación a la que se encuentran expuestos/as los y las jóvenes, así como las posiciones de subordinación y estigmatización derivadas de un sistema de categorías construido socialmente, el concepto de “acumulación de desventajas” y la necesidad de acciones afirmativas.
Entre las alertas planteadas, se subrayó el crecimiento de un discurso que postula encerrar al otro/a, la perspectiva de la individualidad y de vivir “sin el otro”, el resurgimiento o surgimiento de nuevas dimensiones de odio en la sociedad, la efusiva pretensión punitiva y el fuerte resurgimiento de los debates e iniciativas vinculados a la reducción de la edad de la imputabilidad de las personas menores de edad (totalmente contrarias al principio de no regresividad) y la ampliación de las redes penales para los/as más jóvenes. También la importancia de debatir las posturas y discursos hegemónicos que circulan en los medios de comunicación en relación a éstos/as jóvenes adolescentes.
El argumento de las estadísticas ha sido mencionado como sumamente relevante para contrarrestar estos discursos y tendencias, ya que de las mismas surgen datos que indican el bajo involucramiento de menores en las causas penales o sobre el tipo de causas en las que se involucran, las que muestran que los porcentajes de delitos graves cometidos por jóvenes son muy bajos o ínfimos.
Otras de las cuestiones mencionadas refiere al “fuerte policiamiento de la justicia penal” (la justicia construyendo y consolidando las causas que la policía le trae); también el hecho de que la violencia estatal rara vez es problematizada por la justicia. Un sistema penal y carcelario que tiende a construir sujetos degradados, un encarcelamiento que es clasista y juvenil, y una clara correspondencia entre la “selección carcelaria y la selección policial”.
En cuanto a los desafíos de la institución educativa dentro de la institución carcelaria, los obstáculos de la tarea educativa en la cárcel y qué significa ser educador o educadora en el ámbito carcelario, se mencionaron muchos retos. Entre ellos, la siempre presente tensión y/o tendencia a la subordinación de la dimensión carcelaria sobre la educativa y cómo en muchos casos los/as educadores/as también atraviesan procesos de “prisionalización indirecta”, siendo en algunos casos hasta vigilados e intimidados.
Otra de las cuestiones planteadas apunta a la importancia de mirar la educación también en términos de resistencia, para poder seguir estando en la cárcel, para poder seguir politizando y problematizando esta temática, y el mensaje fundamental de no renunciar a la tarea educativa en la cárcel.
Se compartieron algunas experiencias alentadoras que se vienen desarrollando en Argentina, así como en otros países de nuestra región tanto en lo que tiene que ver con procesos educativos concretos, como iniciativas que apuntan a promover y fortalecer el derecho a la educación de las personas privadas de libertad, resaltando la importancia de la participación de los/as jóvenes y su derecho a ser oído/a, a construir un proyecto de vida digno.
En tal sentido, desde CLADE se compartió información sobre el portal Ampliando Voces, el Observatorio Regional de Educación Inclusiva, la Consulta Regional sobre Educación de Personas Jóvenes y AdultasÂÂ y el Llamado a la Acción por el Derecho a la Educación de Personas Jóvenes y Adultas: Hacia la Revisión de Medio Término de CONFINTEA VI. También se enfatizó la importancia de incidir en los procesos de contextualización de la Agenda de Desarrollo Sostenible, en particular el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4, referido a la educación, para que este derecho de las personas privadas de libertad no quede por fuera de la agenda. A su vez, se destacó la relevancia de conocer y promover las Reglas de Mandela en nuestros países, no solo porque las mismas apuntan a otorgar una mayor protección de las garantías y derechos fundamentales de las personas privadas de libertad, sino también porque entre sus disposiciones se establece que las administraciones penitenciarias y otras autoridades competentes deberán ofrecer educación, formación profesional y trabajo, y que esos programas, actividades y servicios se ofrecerán teniendo en cuenta las necesidades de tratamiento individuales de las personas encarceladas (Regla 4.2). Además, se subrayó la relevancia de tomar como herramienta de incidencia la jurisprudencia que se viene desarrollando en materia del derecho a la educación en prisiones.
El encuentro también contó con comisiones de trabajo para intercambiar sobre los siguientes temas: (i) Jóvenes mujeres, educación y privación de libertad; (ii) Jóvenes, DDHH y encierro punitivo; (iii) Jóvenes, formación para el trabajo y privación de libertad y (vi) Jóvenes, arte y privación de libertad.
En el marco del encuentro se presentó el libro "El Sol detrás de esta oscuridad. Narrativas de mujeres privadas de su libertad", producción colectiva que reúne narrativas de mujeres que se encuentran privadas de su libertad en las unidades penitenciarias N°33 y Nº 45 de la provincia de Buenos Aires.