Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación

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VIII Asamblea: Debate sobre los desafíos regionales destaca la necesidad de repensar los sentidos de la educación

En la tarde del primer día del encuentro, la coordinadora general de la CLADE, Camilla Croso, y el investigador peruano, Ricardo Cuenca, comentaron las relaciones entre la participación ciudadana y la realización del derecho humano a la educación en América Latina y el Caribe 

26 de octubre de 2014

En el marco de la VIII Asamblea de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación, que se realiza del 26 al 29 de octubre de 2014 en Lima, Perú, tuvo lugar en la tarde del día 26 un panel con miras a hacer un balance de los principales desafíos para la realización del derecho humano a la educación en América Latina y el Caribe. Participaron en este debate Camilla Croso, coordinadora general de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) y Ricardo Cuenca, investigador del Instituto de Estudios Peruanos.

Ricardo Cuenca. Foto: CLADEEn su ponencia [descárguela aquí], Ricardo Cuenca presentó un análisis de las transformaciones en la relación entre la ciudadanía y los Estados de América Latina y el Caribe a partir de los cambios más recientes en el escenario de los Estados de la región. En este abordaje, destacó el avance del crecimiento económico y de las políticas enfocadas en reducir la pobreza y universalizar los derechos sociales en la mayoría de los contextos nacionales, pero de otra parte subrayó que este crecimiento económico y esta ampliación de los programas de protección social aun no han sido capaces de poner fin a la desigualdad social en estos países.

Añadió que esas transformaciones en los ámbitos político y económico han generado cambios culturales y de las relaciones entre la ciudadanía y los Estados, que no siempre han caminado hacia la superación de las desigualdades y el fortalecimiento de la democracia, sino que se han basado en procesos de privatización y tercerización de los servicios públicos en base a la búsqueda por eficiencia y la definición de la calidad de las políticas públicas y de la educación según una mirada tecnócrata. “En nuestras sociedades hoy se valora el talento estimulado, desarrollado y premiado en el marco de un sistema meritocrático, lo que genera acomodación y no impulsa la participación (…). Hay que indagar qué papel juega la educación ante estas nuevas relaciones que se construyen entre la ciudadanía y los Estados”, afirmó.

A continuación, Camilla Croso habló sobre la importancia de la participación de la sociedad civil y de los Estados en América Latina en la definición de la Camilla Croso, coordinadora general de CLADE. Foto: CLADEnueva agenda de desarrollo post-2015, y reforzó que la CLADE, como parte de la CME y al lado de otras redes regionales y organizaciones sociales del campo educativo, se ha posicionado, respectos a las agendas de Educación para Todos (EPT) y Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) contra una visión reduccionista de la educación y el concepto de una calidad educativa anclada en resultados mensurables y aprendizajes mínimos.Asimismo, defendió la realización del derecho a la educación desde una perspectiva de derechos humanos y la importancia de articular la lucha por el derecho humano a la educación con otras luchas y movimientos sociales, por ejemplo, a favor de la reforma política, por la democratización de los medios de comunicación y por la justicia tributaria, entre otros. 

Respecto a la realización del derecho humano a la educación en nuestra región, destacó desafíos, como las diversas formas de discriminación, entre ellas la de género, las tendencias a la privatización de y en la educación, el no cumplimiento de la gratuidad de este derecho en algunos países, la criminalización a la protesta social y la violencia contra defensores de los derechos humanos, la no participación de la juventud y otros actores de la comunidad educativa en el debate y la definición de las políticas educativas, y especialmente la necesidad de repensar los sentidos y modelos de educación actuales desde una pedagogía crítica y con miras a la construcción de un nuevo modelo de desarrollo, en base al buen vivir.

“No basta garantizar el acceso a la escuela. La educación debe ser democrática y promotora de derechos, valorando lo plural, el intercultural, el diálogo, la resolución no violenta de conflictos y la horizontalidad”. (…) Es necesario profundizar la reflexión respecto a cómo desde la educación podemos impulsar posturas críticas y la consciencia de que somos parte de la naturaleza. Es un reto para nosotros pensar el significado de una educación para el desarrollo sostenible con dignidad”, concluyó.