Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación

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Hacia un nuevo modelo de desarrollo en América Latina y el Caribe: ¿Cuáles son los desafíos y posibilidades?

Esta reflexión se compartió durante el VIII Encuentro del Fondo de la Sociedad Civil para la Educación, que se realizó en Buenos Aires, con la presencia de representantes de coaliciones que defienden el derecho humano a la educación en la región

19 de agosto de 2015

dsc03081El panorama político de la región de América Latina y el Caribe hoy se caracteriza por avances sociales de un lado, y la profundización de tensiones y contradicciones por otro, ante un contexto de crisis financiera internacional que ha generado la reducción del presupuesto público y la tendencia al aumento del autoritarismo y del control social por parte de los gobiernos, como forma de reacción a las protestas sociales en contra de estos recortes.

Una fuerte discusión sobre este contexto se realizó el 11 de agosto, como parte del programa del VIII Encuentro del Fondo de la Sociedad Civil para la Educación (FRESCE), evento realizado por la CLADE en alianza con la Campaña Argentina por el Derecho a la Educación (CADE) y Ayuda en Acción, con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y Global Partnership for Education (GPE), que tuvo lugar del 10 al 14 de agosto en Buenos Aires, Argentina. El debate intitulado “Hacia la implementación de un nuevo modelo de desarrollo en América Latina y el Caribe: desafíos y oportunidades, tensiones y contradicciones” contó con la presencia de Maristella Svampa, investigadora de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina), Fernanda Wanderley, investigadora y profesora en la Universidad Mayor de San Andrés (Bolivia), Fernando García, ex comisionado presidencial para la reducción de la pobreza en Honduras, y Hugo Yasky, presidente de la Internacional de la Educación para América Latina (IE-AL).

En su ponencia, Fernando García destacó cuatro grandes tendencias en la coyuntura hondureña, que se repiten en otros países de la región: la privatización transnacionalizada del patrimonio nacional, la concentración del poder político, la militarización de la sociedad y la alienación ideológica. Sobre la privatización del patrimonio nacional, demostró especial preocupación con las concesiones para la explotación de bosques, ríos, minas, proyectos de infraestructura física, inclusive servicios públicos como salud, educación y el acceso a agua potable. “Con el crecimiento de alianzas público-privadas en la conducción de las políticas, se ha reducido mucho la inversión pública”, afirmó.

Asimismo, indicó leyes que se han aprobado recientemente en el país con miras a aumentar el control social y la militarización y subrayó que este modelo de desarrollo se ha caracterizado por: el crecimiento económico y desarrollo desiguales y asimétricos, la falta de análisis reflexivo y crítico, así como por posturas anti dialógicas y anti democráticas [mira aquí su ponencia completa].

En seguida, Fernanda Wanderley presentó una mirada crítica sobre la conducción de los modelos de desarrollo alternativos en los países andinos y afirmó que su situación actual es de contracción económica, debido al fin del antiguo ciclo de bonanza en el que la demanda por materias-primas y los precios de estos productos eran altos. Este elemento, según la investigadora, sumado al paso de dichos países a la categoría de renta media, lo que redujo sus posibilidades de recibir recursos de la cooperación internacional, ha resultado en la profundización del modelo extractivista de desarrollo, para mantener la cantidad de recursos públicos disponibles.

Además, afirmó que se observa hoy día en estos contextos nacionales una gran concentración del poder político, lo que ha generado fragmentación y pérdida de autonomía y capacidad reflexiva por parte da la sociedad civil. “En este escenario, se hace necesario que las organizaciones y los movimientos sociales fortalezcan sus alianzas con distintos sectores, con miras a encontrar un núcleo de lucha común que les permita hacer el monitoreo de la gestión pública y exigir de los gobiernos que renueven su discurso y sus prioridades, retomando las banderas y los discursos que los llevaran al poder”, afirmó [mira aquí la ponencia de Fernanda].

Por su turno, Maristella Svampa destacó que a partir del 2000 se ha observado en el mundo la expansión de las fronteras del derecho y la ascensión de la lucha por los derechos colectivos y ambientales, así como su reconocimiento. De otra parte, comentó que en este periodo también se expandieron las fronteras del capital para áreas que todavía no se habían ocupado, afianzando una dinámica de desposesión de las tierras de pueblos originarios, con una explosión de la conflictividad socio-ambiental. “Es lo que se puede llamar neoextractivismo, cuyos factores son la sobre-explotación de los recursos en gran escala, con tendencia a la monoproducción y a los monocultivos, y la acumulación acelerada del capital, que tiene como contrapartida la desposesión acelerada de tierras, de bienes naturales, de territorios, y de derechos”, explica.

En este contexto, Maristella presenta un diagnóstico reciente de la región, identificando como puntos en común en la mayoría de los gobiernos, sean progresistas o conservadores, la regresión de la democracia y la falta de espacio para la tomada de decisiones colectivas y democráticas. “Hoy se nota un umbral al debate en la región, como si quien hiciera la crítica a este modelo exportador de comoditties y sus efectos estuviera en contra del progreso y la distribución social”, afirmó.

Por fin, mencionó perspectivas críticas que se deben valorar como contrapunto al modelo de desarrollo actualmente hegemónico: la ecología política, la economía ambiental, la geografía y la antropología críticas, la agroecología, el feminismo y las perspectivas de la descolonización y de los pueblos indígenas, entre otras corrientes que proponen la reformulación de la relación entre el ser humano y la naturaleza. “Los gobiernos quieren hacernos creer que irán superar el extractivismo con más extractivismo, mientras que solo se cambiará el modelo con más democracia”, concluyó [descargue aquí su ponencia].

A continuación, Hugo Yasky, de la IE-AL, subrayó la diferencia entre los gobiernos que se someten al Consenso de Washington y aquellos que buscan enfrentarlo y se definen como de izquierda, destacando que si hoy existen gobiernos progresistas en la región, ello se debe a la resistencia de las organizaciones y los movimientos sociales. “Es verdad que los gobiernos de la región que buscan implementar modelos alternativos de desarrollo presentan contradicciones, pero la definición de Bolivia como Estado plurinacional ya es un avance antes inimaginable”, opinó.

Asimismo, destacó que las contradicciones de los gobiernos progresistas resultan de las alianzas que tuvieron que establecer con la derecha para mantenerse en el poder, y que la sociedad civil debe fortalecer su autonomía para luchar por agendas que sobrepasen las agendas de los gobiernos, pero sin confundirla con neutralidad. “Hay riesgo de retrocesos aún mayores para la democracia en la región si vuelve al poder la clase dominante, que comanda el mercado financiero y tiene a su favor los medios de comunicación. Esta clase no tiene compromiso con la igualdad social, ni con la unidad y soberanía de los pueblos de América Latina y el Caribe”, afirmó.

Por fin, subrayó como luchas que la sociedad civil debe encampar para promover sociedades más justas y humanas: el enfrentamiento a la privatización de la educación y a modelos educativos que promueven la segregación social y la demanda por un proceso de integración regional que fortalezca y potencialice las miradas alternativas de desarrollo que ya se están construyendo y proponiendo en la región.