Relator Especial de la ONU presenta informe sobre el deficiente enfoque del Banco Mundial en materia de Derechos Humanos
Las recomendaciones planteadas para que el Banco adopte una política de derechos humanos refieren a la importancia de una discusión transparente que tome como punto de partida el reconocimiento de la relevancia de los derechos humanos para su mandato
30 de septiembre de 2015
El informe, que será presentado oficialmente el próximo 23 de octubre a la Asamblea General de la ONU por el Relator Especial de la ONU sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, Philip Alston, analiza los enfoques que adopta el Banco Mundial con respecto a los derechos humanos en su política jurídica, sus relaciones públicas, análisis normativos, operaciones y salvaguardias.
Sostiene que el Banco ha sido reacio a reconocer y tener en cuenta los derechos humanos a lo largo de su historia, y defiende que es necesario que adopte un nuevo enfoque con respecto a los derechos humanos dado que el actual es incoherente, contraproducente e insostenible, se basa en análisis jurídicos desactualizados y responde a serios errores de apreciación acerca de cuáles son los requisitos de una política de derechos humanos.
Asimismo señala, que el Banco Mundial “en sus políticas operacionales, trata a los derechos humanos más como una enfermedad infecciosa que como valores y obligaciones universales” y que “es incapaz de comprometerse de forma significativa con el marco internacional de derechos humanos y de prestar asistencia a sus países miembros a la hora de cumplir con sus propias obligaciones de derechos humanos”. Todo lo cual impide al Banco poner en práctica gran parte de sus propias investigaciones y análisis de políticas, que señalan la indispensabilidad de las dimensiones de los derechos humanos en muchos problemas básicos de desarrollo.
Las recomendaciones planteadas para la adopción de una política de derechos humanos, refieren a la importancia de una discusión transparente, basada en una reflexión detenida, que tome como punto de partida el reconocimiento de la relevancia de los derechos humanos para su mandato y los objetivos, así cómo enfatizar las formas en que debe prestarse apoyo, asesoramiento y asistencia positivos a los Estados en relación con los derechos humanos.
Se identifica a su vez, la necesidad que los países miembros empiecen a plantearse cómo debería ser una política de ese tipo, ello también con miras a asegurar que exista una coherencia normativa entre las posturas que adoptan en los foros de derechos humanos y las que adoptan en el contexto del Banco.
Se menciona también la importancia de la consolidación de una colaboración con personas expertas y los mecanismos de derechos humanos, así como los aportes de distintos representantes de la sociedad civil.
El texto del informe puede ser consultado aquí.