Educación para Todos: ¿Qué diferencia la sociedad civil puede hacer?
La evaluación del Fondo de la Sociedad Civil para la Educación (Civil Society Education Fund) muestra una evolución positiva del involucramiento de la sociedad civil con la educación
Por Antoni Verger, Universitat Autònoma de Barcelona
La sociedad civil está desempeñando un papel cada vez más importante en la arena política internacional - desde la promoción de políticas ambientales y el desarrollo sostenible, hasta la prevención de conflictos y construcción de la paz. Y la educación para el desarrollo no es una excepción a esta tendencia. Ya en el Foro Mundial de Educación, celebrado en 2000, en Dakar, las organizaciones internacionales, los gobiernos y otras partes interesadas claves "prometen/ [ieron] velar por el compromiso y la participación de la sociedad civil en la formulación, implementación y seguimiento de las estrategias para el desarrollo de la educación" como una de los estrategias esenciales para lograr las metas de la Educación para Todos (EPT).
Nueva evidencia acerca del importante rol de la sociedad civil
La participación de la sociedad civil en la educación es importante, ya que apoya la eficacia de la asistencia y hace que los procesos políticos sean más democráticos. Una reciente evaluación de la primera fase del Fondo de la Sociedad Civil para la Educación (CSEF, por su sigla en inglés), realizada por el Centro de Investigación sobre las Políticas Sociales, Educación y Globalización de la Universidad Autónoma de Barcelona, aporta nuevas evidencias a este respecto.
El Fondo de la Sociedad Civil para la Educación (CSEF)
El Fondo de la Sociedad Civil para la Educación es un proyecto de desarrollo financiado por la Alianza Mundial por la Educación y gestionado por la Campaña Mundial por la Educación. Su principal objetivo es dar apoyo a las coaliciones nacionales para la educación (CNEs) en todo el mundo para que puedan promover las metas de la EPT. Estas coaliciones son redes de organizaciones de la sociedad civil integradas por organizaciones no gubernamentales, sindicatos de docentes, asociaciones de padres y madres y organizaciones de base o comunitarias.
Como resultado del Fondo de la Sociedad Civil para la Educación, se crearon nueve nuevas coaliciones nacionales de educación y un total de 45 coaliciones recibieron apoyo para desarrollar estrategias de incidencia en África, Asia y América Latina y el Caribe. Se llevaron a cabo decenas de proyectos de investigación y cursos de capacitación para fortalecer iniciativas de incidencia política. En promedio, el número de miembros de las coaliciones nacionales de educación llegó a superar el triple, lo que hace a estas coaliciones más inclusivas y las legitima como representantes de la sociedad civil. Más mujeres que nunca se involucraron en el liderazgo de las CNE en diferentes niveles. El número de empleados y voluntarios en estas organizaciones casi se duplicó.
En cuanto a la representación en políticas públicas, prácticamente todas las coaliciones que participaron en la CSEF fueron reconocidas como interlocutores legítimos por los gobiernos y la comunidad más amplia de cooperación. Se les invitó a unirse a los comités técnicos o grupos locales de educación para discutir las prioridades educativas y desarrollar planes de educación.
Ejemplos exitosos de países donde existe participación de la sociedad civil
Algunos estudios en profundidad de casos nacionales proporcionan una visión de cómo la sociedad civil ha tenido un impacto en el debate nacional de educación. En Bolivia, por ejemplo, la coalición nacional ayudó a incluir a las personas con discapacidad en el marco de la política educativa nacional. En Camboya, Sierra Leona y Malawi, las coaliciones realizaron campañas con éxito en pos de una mayor inversión pública para la educación, y en Sierra Leona, la participación de la sociedad civil, llevó a la supresión de las matrículas para los alumnos. En Mozambique, gracias a la coalición nacional de educación, los estudiantes más vulnerables están comprendidos ahora en la agenda política de la educación y el gobierno acordó reformar los procedimientos de monitoreo del presupuesto.
Los efectos del CSEF en no han sido uniformes en todos lados.
La evaluación de la CSEF encontró que, en general, las iniciativas de la sociedad civil funcionan mejor en los países y regiones en donde las organizaciones de la sociedad civil han desarrollado las habilidades necesarias para participar en los ejercicios de seguimiento y evaluación, o para gestionar eficazmente sus recursos financieros y humanos.
Además, el nivel de impacto de las políticas depende de muchos factores, tal como la cultura de la participación en el país, el nivel de apoyo gubernamental, la tradición de la cooperación en el campo de la sociedad civil y la voluntad de los sindicatos de docentes y organizaciones no gubernamentales para trabajar en conjunto.
Desafíos de futuro para la sociedad civil en el contexto post-2015
A medida que nos aproximamos al 2015, se vuelve evidente que muchos países no podrán alcanzar las metas de la EPT. La presión por parte de la sociedad civil será importante en la ofensiva final en el marco actual de la acción de la EPT, pero será especialmente crucial en el escenario post-2015.
La participación de la sociedad civil en los procesos relacionados con la EPT requerirá que las coaliciones de la sociedad civil diversifiquen sus fuentes de financiamiento y generen estrategias de movilización de recursos a largo plazo.
La crisis financiera ha reducido las inversiones en educación por parte de los gobiernos donantes tradicionales, lo que implica que las organizaciones de la sociedad civil deben presionar más que nunca a los donantes internacionales para asegurarse de que cumplan con sus compromisos en el marco de la EPT.
Sin embargo, también tendrán que participar en los debates en curso sobre las fuentes alternativas de financiamiento para la educación.
Abogar por reformas fiscales en los países más progresistas y la creación de alianzas con los movimientos de justicia fiscal podría ser un nuevo enfoque estratégico. La conversión de la deuda, los bonos del desarrollo, los impuestos a las transacciones financieras o los bonos de la diáspora, si aplicados de acuerdo con los principios de la Declaración de París, podrían también ser formas innovadoras para que las coaliciones de la sociedad civil incrementen la financiación para la educación.
¿Qué sigue luego?
Hasta ahora, "más recursos para la educación" ha sido un reclamo importante de las organizaciones de la sociedad civil en el contexto de la 'Educación para Todos'. Sin embargo, han comenzado importantes debates sobre la reforma de la política de educación más allá del requerimiento de más recursos y más preguntas tendrán que ser respondidas. El marco legal de los países, ¿está favoreciendo o entorpeciendo el derecho a la educación? ¿Cuáles son las políticas de financiación más adecuadas para alcanzar efectivamente las metas de la EPT? ¿Cómo se pueden promover la equidad y la calidad de la educación simultáneamente? ¿Cómo deben capacitarse los maestros y cuál debería ser su situación profesional? El caso de escuelas de bajo costo, ¿debería considerarse un aliado o un obstáculo para la educación de calidad para todos? La sociedad civil debe estar preparada para participar en los debates de esta naturaleza. A través del desarrollo de la investigación y las capacidades de gestión del conocimiento, las coaliciones nacionales deberían ser capaces de posicionarse en relación a estas y otras preguntas fundamentales de la reforma educativa.
Traer las voces y los problemas de la población más vulnerable a la mesa de discusión es la función más importante de las CSOs.
Como tal, el movimiento de la EPT, y el debate post-2015 en particular, pueden beneficiarse mucho de la formación de coaliciones más fuertes, más globales y más capaces de la sociedad civil. El Fondo de la Sociedad Civil para la Educación seguirá fortaleciendo el trabajo que se ha hecho hasta ahora y comprometiéndose con la sociedad civil en todo el mundo para que los desafíos avancen hacia adelante.